jueves, 10 de noviembre de 2011

La historia del ejecutivo que se transformó en hippie

Por Paola Castillo
Un día, Hermann Hinrichsen despertó y decidió renovar su vida. Cambió el terno por los  jeans y abandonó su trabajo en la Bolsa de Comercio de Santiago para dedicarse a algo menos lucrativo. Su almacén naturista Planta Maestra ubicado en el barrio Lastarria.
“No es solo ser vegetariano por moda, sino un estilo de vida que tiene una filosofía detrás. Queríamos expandir el mensaje a través de la forma en que vemos el mundo”, explica Hermann Hinrichsen (29) mientras toma una taza de té verde y recuerda cuando trabajaba en un restaurant indio en Nueva York, donde tuvo su primer contacto con la  cultura vegetariana.
Hermann Hinrichsen
Hay un olor a incienso que se esparce por el living  y la música hindú contagia todo el apartamento. Una luz naranja ilumina al buda sentado cerca del reproductor. Se siente la buena vibra en el departamento de Hinrichsen quien es vegetariano desde hace tres años y usa como biblia el libro “El tao de la salud, el sexo y la larga vida” de Daniel Reid. Es difícil perderlo de vista por su estatura de 1,90 y fácil de reconocer por la delgada trenza que le sigue a su corto cabello rubio.
Dos años atrás era otra persona. Después de finalizar sus estudios de economía en el Hunter College de Nueva York, Hermann regresó a Chile para trabajar en la Bolsa de Comercio de Santiago. A su vez se reencontró con dos amigos de la infancia, Sergio y Nicolás Alfsen, quienes le sirvieron de inspiración y le ayudaron a aclarar sus inquietudes sobre el vegetarianismo. Fue entonces cuando cayeron en cuenta de que en la capital chilena existían pocos lugares en los que se consiguieran alimentos orgánicos y sentían la necesidad de expandir un mensaje de conciencia humana. 
A esto le siguió renunciar a su empleo en la Bolsa de Comercio, porque consideró que “el fin último era estar diez horas trabajando diariamente para que gente con mucho dinero se haga más rica, lo que no me parecía digno. Entonces empecé a analizar si lo que hacía aportaba en algo a la sociedad o si seguía en esto porque me iba bien económicamente”, comenta Hermann.
En 2009, junto con los hermanos Alfsen, abrieron las puertas de su primer local Planta Maestra ubicado en Manuel Montt y hace seis meses inauguraron su segunda tienda en Lastarria, que cuenta con dos partes: la primera reúne alimentos naturales como la quínoa, carne de soya y frutos secos, mientras que la segunda, que está en el primer piso, tiene libros y documentales de distintas corrientes filosóficas provenientes de la India o Taiwán, aparte de realizar actividades de yoga, musicoterapia, capoeira y otras disciplinas.
Nicolás Alfesen en la Feria de Emprendimiento
Nicolás Alfsen, quien lleva ocho años siendo vegetariano, estudió Naturopatía Holística en la Universidad de Aconcagua y su hermano Sergio es poeta. Son amigos de infancia de Hermann, a quien considera un hermano más. “Hay gente que piensa que la amistad y el negocio no se mezclan, pero yo creo que eso es para los que les interesa puro ganar plata”, dice Sergio.
“Mi meta como economista es hacer una empresa que funcione no solamente en base a beneficios monetarios, sino que sea positivo desde la gente que trabaja con nosotros hasta lo que se le ofrece a las personas”, dice Hermann.
 Planta Maestra tiene diversos precios sin caer en lo elitista. El producto más barato son unas barritas en base a quínoa  que cuestan 250 pesos y lo más caro puede ser un cuadro del artista chileno Rodrigo Aro que vale 300.000 pesos.
“La recepción de los clientes ha sido muy buena,  pero espero que mejore con el tiempo ya que Chile aún está en pañales en cuanto a la elección vegetariana”, comenta Sergio. Para lograr una mayor expansión arrendaron una casa matriz en Antonio Varas con Bilbao, la que más adelante les podrá permitir abrir nuevos locales. Quizás en un futuro Planta Maestra se encuentre triunfando en el mercado nacional.

Este video fue realizado por la inauguración de la segunda tienda ubicada en Las Condes la que actualmente no existe. 


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